El transporte de mercancías por ferrocarril cobra un especial protagonismo en el actual estado de alarma y confinamiento para combatir el COVID-19. Este medio se ha convertido en un modo esencial para movilizar bienes de primera necesidad y equipos sanitarios para la población (artículos de alimentación, medicamentos, material de protección, camas y equipamientos para hospitales e instalaciones de campaña, etc.).
Las numerosas ventajas de capacidad, seguridad y eficiencia hacen que sea una opción muy indicada ante las demandas de fletes de grandes dimensiones de forma rápida y segura. En una sola unidad, compañías como Transfesa Logistics son capaces de trasladar 33 contenedores, con unas 660 toneladas netas de alimentos, en las rutas nacionales.
Con este tipo de envío se eliminan más de 30 camiones de la carretera para hacer trayectos en España. Además, estos vehículos pasan a emplearse en el origen y el destino con el fin de retirar el material embarcado. De esta forma, esos conductores pueden dormir en su casa, reducir al máximo el tiempo de circulación y respetar también el estado de alarma.
En este contexto de excepcionalidad la fiabilidad en las previsiones y plazos de llegadas también aumenta. En condiciones normales, el nivel de cumplimiento horario es del 96%. Ahora, debido al descenso del tráfico de viajeros, ya que circulan el 50% de los AVE y apenas trenes de cercanías, la puntualidad ronda el 100%. Las vías están menos congestionadas y los trenes de mercancías pueden emplear la ruta de forma exclusiva, por lo que se facilita al máximo su circulación.
En cuanto a los tráficos internacionales, el ferrocarril también es una alternativa muy indicada frente a situaciones de emergencia sanitaria. En las conexiones ferroviarias entre distintos países, un valor añadido es su eficacia en cuanto a tiempos y recursos humanos. Al ir un solo maquinista frente a los 40 camiones que harían falta para transportar la misma mercancía, se reducen los recursos y los trámites asociados a estas operaciones.
A todo ello hay que añadir beneficios adicionales como la sostenibilidad, ya que es el medio más respetuoso con el medio ambiente. El transporte ferroviario emite 9 veces menos CO2 que el que se realiza por carretera.
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